lunes, 7 de enero de 2008

El maestro

Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando este se apaga, en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio. El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relato lo siguiente: “Mis padres vivieron 55 años casados”.
Una mañana mi mama bajaba las escaleras para prepararle a mi padre el desayuno y sufrió un infarto. Cayo al suelo, mi padre lo vio todo, como pudo la levanto y casi a rastras la subió al coche. Arranco el coche y a toda velocidad se dirigió al hospital mas cercano, se saltaba los stop, los semáforos, los pasos de peatones, hasta casi atropella a una abuela y todo por llegar rápido al hospital.
Cuando llego, por desgracia mi madre había muerto. En el funeral y el entierro de mi madre, mi padre no habló, su mirada estaba perdida, casi no lloro, esa noche mis hermanos y yo nos reunimos con el. En un ambiente de dolor y nostalgia recordábamos anécdotas.
Mi padre le pidió a mi hermano (que es cura) que le dijera, donde estaría mama en ese mismo momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, explico como y donde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención.
De pronto pidió: “llevarme al cementerio”,”Papa” respondimos nosotros”Son las 11 de la noche! No podemos ir ahora!” Alzo la voz y con una mirada vidriosa dijo: “No discrepéis conmigo por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la mujer que fue su esposa por 55 años”
Se produjo un momento respetuoso de silencio, Y fuimos sin rechistar al cementerio, pedimos permiso al guarda, y con una linterna llegamos hasta la tumba de mi madre. Mi padre la acaricio, lloro y nos dijo a mis hermanos y a mi que veíamos la escena conmovidos: “Fueron 55 buenos años... Saben? Nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así”. Hizo una pausa y se limpio la cara.
“Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis, cuando se quedo sin empleo”, continuo,”hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro por la añoranza de los que ya no están entre nosotros, y la marcha de los que partieron a otras tierras.
Nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada navidad, nos mojábamos juntos con cada gota de la lluvia de primavera, jugábamos a contar cada estrella en el cielo de las noches de verano y nos acariciaban las mismas hojas que caían de los árboles en otoño...
Hijos, ahora se ha ido y estoy contento, saben porque?, porque se fue entes que yo, no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi muerte. Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera...”
Cuando mi padre termino de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lágrimas. Lo abrazamos y el nos consoló:” Todo esta bien hijos, podemos irnos a casa; ah sido un buen día” Esa noche entendí lo que es el verdadero amor.....
Dice mucho del romanticismo, no tiene nada que ver con el erotismo, más bien se vincula al trabajo y el cuidado que se prometen dos personas realmente comprometidas......
Continuara....

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